Sillas de ruedas activas

Hace 24 años tuve un accidente automovilístico, en el cual se lesionó mi médula espinal; la vertebra t4 para ser exacto, lo cual, a la fecha, me impide tener fuerza en las piernas y por consecuencia no tenga movilidad, desde aquel momento uso silla de ruedas (www.aktiva-mx.com).

El adquirir una discapacidad mentalmente no es fácil y mucho menos físicamente, pero desde que me di cuenta de que la vida me había cambiado, vi cada uno de mis logros como un escalón menos para llegar a la cima de esta gran pirámide que llamamos vida. Desde aprender a vestirme, trasladarme por mí mismo (de la cama a la silla de la silla al baño) reeducar a mi cuerpo, romper grandes y pequeñas barreras arquitectónicas (como banquetas o escaleras). Ser paciente con el mundo que no entiende que en su entorno hay más gente, volver a salir, terminar una carrera, encontrar un empleo, desplazarme en una ciudad donde no existe la cultura necesaria para ir por la calle en silla de ruedas, comprar un vehículo y adaptarlo para poder manejar, encontrar un lugar con las características necesarias para vivir, enamorarme y casarme. Estas son solo algunos de los escalones que he ido conquistando, cada uno con sus dificultades; sin embargo, me faltaba uno y muy importante para mí, ser padre, hace 11 años Dios me regaló esa dicha y hoy nuevamente me da la oportunidad de ser padre por segunda vez. Casi todos pensarían que tener a mis dos hijos es el último de los escalones de la pirámide, que casi lo he logrado todo, pero, hoy me doy cuenta de que una nueva pirámide se pone frente a mí y tengo que llegar a nuevamente a la cima cargando en mis hombros a estos dos hombrecitos y es mi responsabilidad formar hombres de bien. Esta vez no estoy solo, a mi lado está mi esposa que en todo momento es mi apoyo incondicional lleno de amor y sosteniéndonos está Dios en el cual confiamos y sabemos que en esta ocasión nos llevará con mayor facilidad hasta el final.

José Luis Caudillo Piña